Museo Thyssen
Tres partes claras se diferencian en este proyecto:
Ventanas: La dirección facultativa del proyecto diseñó una sección de ventana de 120 x 68, por lo que todas se tuvieron que hacer especiales, guardando una línea recta y proporcionada.
Puertas. Se necesitaban unas puertas con una estética muy definida, pero el problema era que al ser un edificio público, la normativa contra incendios exigía unos niveles tan altos que o bien se renunciaba al diseño y se ponía una puerta homologada de dichas características, o bien se renunciaba a la normativa y aunque la puerta fuese muy bonita no se podría conseguir el certificado de apertura. Por lo tanto, sin variar el diseño definido, se ensayó y se certificaron un tipo de puerta que hizo cumplir las dos cosas. Cosa totalmente inaudita hasta la fecha.
Decoración. Para los pasillos se pensó en hacer algo totalmente diferente a las líneas rectas del edificio. Estos pasillos comunican las salas de exposiciones y se pretendía romper descansando la mente al cambiar de una sala a otra. Se crearon unas ondulaciones las cuales se revistieron con perfiles de madera. La cogida y la colocación también fue objeto de muchas discusiones. Finalmente, el resultado quedó muy atractivo.